viernes, 30 de marzo de 2018

¿DEMOCRACIA PLENA?

Escuchamos el pasado miércoles, 28 de marzo, en el pleno del Parlament de Cataluña, a la “esperanza naranja” de Inés Arrimadas, diputada del partido de Ciudadanos, afirmar que España es una democracia plena. Sí, utilizó estos términos para calificar a este país en el que la separación de poderes es papel mojado, donde las injerencias del gobierno del PP en las actuaciones del poder judicial y del legislativo son más que evidentes.

La nueva derecha que representa el partido de Arrimadas y Albert Rivera, montados en el parapente de las encuestas, fieles a sus padrinos de la FAES y a Aznar como principal valedor, muleta fiel del PP, siguen la estrategia de vendernos un país imaginario, irreal y que dista mucho de ser una democracia de primer orden, equiparable a las democracias consolidadas. El populismo españolista, de la rancia derecha de siempre, es capaz de decir hoy una cosa y mañana la contraria para ganar un puñado de votos entre la gente cansada y hastiada de tanta corrupción, pero no pueden calificar de “democracia plena” lo que estamos viviendo en los últimos años en España.

El partido naranja, de los salvadores patrios, afirma que nadie está por encima de la ley. Nosotros queremos constatar que esto no es así, pronto olvidamos las numerosas excepciones que hacen que estas palabras suenen a hueco. ¿La ley también está para el rey y su papá?, ¿existe ley que persiga los sobresueldos en negro de M. Rajoy que aparecen constatados en los papeles de Bárcenas?, ¿qué ley se les aplica a los defraudadores de la amnistía fiscal?, ¿dónde estaba la ley de todos los corruptos, esos casos aislados, que les prescriben los delitos?, ¿qué ley permite en una “democracia plena” reclamar a la nietísima el ducado de Franco?, …

Hacemos nuestras las sabias y acertadas palabras del juez Joaquim Bosch que explican brevemente la triste deriva que está tomando nuestra querida España: “Todo empezó con la Ley de Seguridad Ciudadana (“Ley Mordaza”), que convertía en enemigos a quienes protestaban. Contin con una dura reforma penal, que criminalizaba muestras de disconformidad. Y ahora vamos hacia un sistema autoritario, que recupera la figura del disidente político castigado”. ¿Esto es democracia plena?

En una auténtica democracia la solución a la crisis catalana no es la represión y el sistema carcelario, impulsado por la Fiscalía General del Estado, dependiente del gobierno de M. Rajoy, y por unos jueces que quieren agradar a Moncloa y hacer méritos para seguir subiendo en el escalafón. La solución de esta gravísima situación solamente se alcanzará mediante el diálogo entre las distintas fuerzas políticas y entre los distintos pueblos y naciones que conforman España, en el marco del inevitable nuevo proceso constituyente que democratice plenamente nuestro país y que permitirá garantizar todos los derechos humanos -civiles, políticos, económicos y sociales- que nuestro pueblo se merece.

No se puede hablar de democracia plena en el contexto actual de nuestro país, donde la ofensiva judicial contra la libertad de expresión es más que alarmante, pues resulta muy preocupante esta nueva vía de criminalización de la protesta social. Nos quieren calladitos, sumisos y en casa, que nos olvidemos de nuestros derechos constitucionales porque si somos buenos nos irán dando algunas migajas para subsistir. ¡Pues, no y no! Una democracia plena, algo que no existe en España, requiere de una separación real e independencia de los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), de un respeto escrupuloso a todos los derechos y deberes de la ciudadanía, de una fiscalidad justa, donde la libertad de expresión sea un eje fundamental de la actividad política y los privilegios de unos pocos se queden encerrados en el pozo más profundo de la historia.

Constatamos que el gobierno del PP solo quiere sumisión, venganza, represión, rejas…, y así es imposible avanzar en democracia. Hoy más que nunca debemos unirnos los demócratas en defensa de la libertad y los derechos humanos. Nuestro avance como pueblo requiere mucha democracia, algo que esta cogido con alfileres y a punto de desmoronarse. No queremos palabras huecas de estos políticos azul anaranjados que quieren aplicar una vuelta más en el neocapitalismo salvaje que hace sufrir a la mayor parte de la población española.

La democracia plena no es ninguna quimera, y como dijo el poeta Miguel Hernández, “jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños”. Queremos y soñamos con más democracia.

¡La lucha sigue!


PD.- Se empieza a notar ya la primavera, sin duda, gracias a la presión de Ciudadanos.


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