- ¡Que no! – contestó secamente Abascal, arrojando el vestido al suelo- Que yo soy, de lejos, más católico que el Papa Francisco, pero que no me disfrazo de la Virgen María.
- Venga, Santi-le dijo Casado, encarnado en San José, pasándole la mano por el hombro-, si es que te toca a ti, que eres el tercero.
- Que no, que de mujer que se vista Iglesias, que tanto le da al pico con la igualdad-bramó el de Vox.
- Callaos los dos-respondió Pablo Iglesias, con la parte inferior del cuerpo embutido en un disfraz de vaca-, porque mi papel tenía que haber sido San José Obrero.
- Nada de eso-replicó Casado- San José soy yo, que soy el segundo más votado… a ti te toca burro o vaca.
- Que te he dicho que prefiero vaca, que el burro es para Esquerra, que es el quinto-dijo Iglesias.
- Yo no pienso ser burro-voceó Rufián desde el exterior del portal-ni pienso compartir ese establo español con vosotros y, además, como independentista catalán, me pido el caganer.
- ¡Caganer! ¡Esto ya huele! Ya estamos, ya estamos con el Procés hasta en el belén-intervino Arrimadas- Bueno, a mí no me tocaba estar en el portal, pero si este golpista no quiere, me entro… aunque no creáis que me gusta el disfraz de burro… creo que a Rivera le favorecía más… Santiago, ¿y si te cambio el disfraz de burro por el de la Madre de Dios?
- Nada de eso-contestó Abascal-. A las malas, me salgo del portal, pero para ser rey mago. Pero, ojo, que quede claro, el rey negro no, ¿eh? El negro, no.
Rufián lo miró, socarrón:
- Santiago, a ti lo que te pega es el traje de soldado romano… musculoso, con faldita… imperialista, represor…
Abascal se revolvió buscando la espada de cartón del centurión, y
se armó un revuelo finalmente aplacado por el Niño Jesús.
- Vamos, vamos, sois insufribles, poneos de acuerdo, no tengo tiempo para tonterías, tenemos que tener investidura cuanto antes-intervino Sánchez, que solo vestía unos pañales y que intentaba encoger las piernas de baloncestista para meterse en el diminuto pesebre-. Yo soy el Elegido, el Mesías, pero sois unos irresponsables que no me dejáis tomar posesión.
- ¡Ya está! -dijo sonriente Arrimadas- Dejamos de burro al PNV, le saldrá bien porque ellos tienen muchos, y yo… yo me pongo de reina maga.
- ¡Anda ya, faltón, que eres un faltón! – Arrimadas abandonó enfadada el establo y se la oyó gritar mientras desaparecía- ¡Hasta que no volváis todos a ser tan constitucionalistas como yo, no quiero veros!
- ¡Oye, espera! – la llamó Abascal – Yo no me quedo solo con rojos, independentistas y derechitas cobardes-. Y se marchó, tras arrojarle a Rufián la espada de cartón. El catalán le contestó con el tapón de una botella de cava y también desapareció.
Iglesias dejó caer el traje de vaca, resoplando, y dijo:
- Yo pensaba que esto de asaltar los cielos era otra cosa…, menudo tostón…, ahí os den las uvas.
Y se fue. San José y el Niño Jesús quedaron solos en el portal.
- ¿Qué hacemos, Pablo? -dijo apesadumbrado Pedro-. ¿Y si nos ponemos de acuerdo tú y yo?
- Bueno-dijo Casado, con sonrisa zalamera-, pero con una condición… que me dejes llevar a mí los pañales.
- Señor, qué cruz-susurró Sánchez… y comenzó a desvestirse, mientras Casado hacía lo propio…
Terminen ustedes este disparate como mejor les parezca;
nosotros, el Colectivo Puente Madera, les deseamos un feliz y no
electoral 2020.
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